jueves, 14 de febrero de 2008

Nanny

Algunos se referían a aquel grupo de calles viejas y malolientes como los Barrancales, aunque lo cierto es que la mayoría de la gente evitaba hacer referencia a ese gueto de deshechos sociales. Era también ese laberinto de escombros y desilusiones el hogar de un grupo de niños huérfanos, abandonados o huidos que merodeaban como una manada los límites de su humilde feudo.

Todos los niños de ese grupo sabían que no estaban solos, una joven de veintipocos años solía actuar como guía del grupo, curando a los heridos, consolando a los melancólicos y haciéndoles reír o dormir con sus historias. Para todos ellos era como una madre, una amiga que ofrecía consuelo, consejo y protección. Sin embargo, cada uno de ellos la describía con un aspecto diferente, pelirroja y con ojos verdes, rubios rizos y mirada gris, cabellos negros y trozos de cielo en los ojos... Cada descripción era diferente, pero el nombre siempre era el mismo: Nanny.

Un reputado sociólogo quiso en una ocasión averiguar el misterio de la joven conocida como Nanny la de los Barrancales, para lo que estudió al grupo de niños y los entrevistó uno por uno. Para concluir su estudio consiguió localizar a Ramón, el único del grupo de niños de los Barrancales que había llegado a la edad adulta, convertido en chatarrero y, probablemente, delincuente. El sociólogo notó que cuando sacó el tema de la misteriosa joven el rostro curtido y malcarado de ramón se iluminaba levemente y a la vez parecía mucho más cansado y triste. Para tratar de consolarlo le expuso sus conclusiones.

- Después de estar investigando y entrevistándoos a todos, he llegado a la conclusión de que la tal Nanny no es más que una leyenda urbana, un producto más de la imaginación de la gente.

Ramón le miró con gesto sorprendido, casi ofendido y le contestó con voz seca y rasposa.

- ¿Y pa eso ha necisitado usté un estudio desos? ¿Ende verdá creia usté que la Nanny esiste?

La confusión del sociólogo era evidente.

- Yo... creía que los niños de los barrancales habían creado la figura de esa chica para protegerse o reírse de los que no pertenecen a su grupo.

- Jajaja. ¿Sabe usté cuantos demis amigos disaparecieron una noche sin más, o nus los encontramos muertos de frio por la mañana? ¿eh? ¿lo sabe?

El doctor negó con la cabeza

- ¡TOS!, TOS MUERTOS, el yonatan, el keko, la mirian, el tini, TOS. Pero siempre se podia ir a ver a la Nanny, a llorar o a maldecir esta mierda de via... Era la única que siempre estaba, que nunca desaparecía, ¿ma entiende usté?

El semblante del sociólogo aún conservaba algún rastro de concusión, pero empezaba a entender todo el asunto

- Así que Nanny no es más que una proyección de la protección del grupo, un papel que desempeñabais todos, sustituyendo a los que iban desapareciendo con el apoyo de un personaje de ficción que siempre estaba allí... Interesante

- No tengo ni puta idea de que ice usté, yo solo se que siempre andaba allín cuando la nicisitabas...

Un sollozo cortó las palabras de Ramón mientras los ojos se le humedecían. El doctor quedó impactado al ver a un hombre así llorar por el recuerdo de un ser imaginario.

- ¿Que..?

- ¿NO ES USTÉ TAN LISTO? ¿NO SA DAO CUENTA DE PORQUE ME FUI?

Ahora el hombre ya lloraba sin contenerse, sollozando ruidosamente y sorbiéndose los mocos.

- Pues supongo que porque ya eras un adulto y ya no necesitabas al grupo para cubrir tus necesidades...

Ramón se limpió las lagrimas con su mugrienta manga, con los ojos hinchados y la barbilla temblando miró al doctor a la cara.

- Usté es gelipollas, me fuí porque ya no podía aguantá eso, me fuí porque un día fui a buscar a la Nanny... y ya no estaba.

2 comentarios:

Marina de Luna dijo...

A veces las Nannys vienen a ratos, lo malo, en efecto es cuando las buscamos y no están.

Un Beso;

aralia*

Javi dijo...

Lo pero de que te quiten la silla cuando vas a sentarte no es el batacazo, si no que durante un tiempo al menos te da miedo sentarte...