lunes, 5 de mayo de 2008

Herencia

Capítulos anteriores:
Renacimiento
Comienza la caza

Instinto
Traiciones
Historias

Ninguno de los nueve seres que se encontraba en el amplio salón era humano, así que aunque Sandra adaptó sus sentidos a la velocidad sobrehumana a la que se movía, le dió la sensación de que no lo había hecho, con los deformes poseídos, su maestro y los amigos de éste moviendose a la misma velocidad que ella. Se corrigió, todos menos Escofel, el guardián se movía sensiblemente más rápido que todos los demás y con una gracilidad asombrosa.

Con un fluído movimiento golpeó a ambos lados y completó la complicada filigrana atravesando la garganta del poseído que tenía justo delante, mientras las cabezas de los que intentaban atacarle por los flancos caían a camara lenta. En un solo movimiento sacó la espada en llamas del cadáver y golpeó con el codo al poseído que saltaba sobre su espalda, cuya cabeza sonó como un coco al romperse.

- Demasiado fácil

Escofel no había terminado de decir estas palabras, decapitando
distraidamente al poseido que aún intentaba levantarse del suelo tras el impacto de la puerta, cuando sintieron como toda la estructura del edificio vibraba. Antes de que Sandra pudiese reccionar, Kirenel la agarró con fuerza y se elevó desplegando sus alas de luz, en tanto que la sanadora hacía lo propio extendiendo un par de elegantes alas blancas. Mientras atravesaban el techo y ascendían a toda velocidad, la vibración de la estructura desembocó en una brutal explosión que engulló el edificio. Sandra pudo ver como Escofel trataba de ascender, pero varios seres como los que acababa de eliminar saltaban sobre el impidiendoselo y desapareciendo todos en medio de la conflagración.

Contuvo el aliento.

- Escofel...

- Tranquila jovencita, hace falta mucho más que eso para acabar con un Cataphractoi. Ahora debemos preocuparnos de cómo nos han encontrado esos miserables y cómo es posible que hallan burlado las defensas de T'ann.

Ambos dirigieron su vista hacia la sanadora que volaba cerca de ellos con expresion pensativa y preocupada. Comenzó a hablar pero las palabras murieron en su boca al mismo tiempo que los tres miraban hacia abajo, donde una nube de seres, que se podrían describir como una cabeza humana de enormes colmillos con grandes alas de insecto a cada lado, se acercaba a ellos desde las llamas de la explosión. Atravesando la maraña de abominaciones Sandra vio ascender una figura de color metálico, que se dirigia a ellos a toda velocidad. Cuando emergió del enjambre reconoció la figura de Escofel, aunque ahora su piel y alas tenían aspecto metálico, brillando como si fuesen de acero pulido.

El Cataphractoi golpeaba frenéticamente y las cabezas caían envueltas en llamas por docenas . Algunas intentaban morderle, pero su piel no parecía ser metálica solo en aspecto y los negros colmillos no llegaban a mellarla siquiera. Unos pocos de aquellos seres esquivaron a Escofel y se dirigieron hacia ellos tres; sujetando a Sandra con una sola mano Kirenel sacó un desmadejado cordón de unos dos metros y lo extendió mientras comenzaba a brillar, el látigo de luz restallaba y con cada golpe una cabeza caía hacia las llamas que se extendían por el miserable barrio como si las casas fuesen de papel.

Una sola abominación superó el alcance del látigo del Moloqai y se abalanzó sobre el mordiendo salvajemente el brazo con el que sujetaba a Sandra.

Comenzó a caer, pasando al lado de Escofel, que destruía las últimas cabezas que quedaban. Kirenel golpeó a la abominación que tenia las mandíbulas apresando su antebrazo, haciendo añicos el cráneo de la criatura. Se lanzó en pos de su pupila, temiendo que no estuviese preparada para desplegar sus alas.

Sandra vió en la orilla de un pequeño canal que había actuado como cortafuegos a un hombre que contemplaba la escena y deseó poder estar viendolo todo desde una posición tan cómoda. Notó un fogonazo bajo ella y se golpeó dolorosamente contra el asfalto, a escasos metros de aquel hombre. Naraal dejó al muchacho
inconsciente que llevaba en brazos en el suelo y se acercó sonriente a Sandra, agachandose junto a ella.

- ¿Se puede saber cómo demonios has hecho eso?

4 comentarios:

Lauss dijo...

joooo q tensión!! quiero más!!! :P

Naru dijo...

uyyyy!!!!! que emoción, vamos a ver como sigue la historia...y espero que no tarde!:)

Javi dijo...


Me encanta que os guste y os tenga en tensión jejeje

He corregido algunas redundancias que no quedaban bien y algún gazapo ortografico

Giaccomo Torchia dijo...

muy bien mantenida la emocion y la intriga, espero el siguiente capitulo