Estaba harto, tendría que haberse dado cuenta desde el principio de que no podría vivir durante mucho tiempo rodeado de seres humanos, su forma de pensar no era como la de ellos, no podía asimilar sus ideas, sus sentimientos. Los sentimientos, que forma de resumir en una sola palabra todas sus penurias, toda su amargura. La emociones le sobrepasaban, era incapaz de atenuarlas o directamente ignorarlas como hacían los humanos, le golpeaban de lleno con toda su furia y habían conseguido que detestase su propia existencia.
Se detuvo, estaba llorando, no había salida. Comprendía que deseaba morir, acabar de una vez con su sufrimiento, pero también sabía que era imposible. Al igual que no era capaz de albergar maldad en su corazón, tampoco podía morir. Los humanos temían ser castigados con una eternidad en el Infierno. Él tenía claro cual era el Infierno para los ángeles.
2 comentarios:
Tengo q reconocer q escribes bien, todo hay q decirlo...pero x favor no seas tan negativo!!! no todo en la vida en negro, existen los colores!!
Es torturadamente genial...¿Sabes que estoy escribiendo un libro con trama angelical? Empiezo a creer en los memes...
La verdad es que cuando consigas superar tu pasividad simpática y la cambies por una actividad alegre serás un gran escritor :P
Un saludo,
Pedro.
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