martes, 28 de agosto de 2007

Pira bautismal

Las llamas lamían lascivamente la cáscara del huevo, el nido se había incendiado de forma súbita y se había convertido rápidamente en un pequeño infierno.

El polluelo reaccionó al intenso calor y comenzó a picotear frenéticamente para romper la otrora acojedora cuna que se había convertido en su pira funeraria. Algo tan irracional como el terror que sentía le dijo que no iba a contar con la ayuda de su madre, ella ya había sucumbido a las llamas.

La cáscara cedió y el polluelo empujó con todas sus fuerzas para salir, mientras sus plumas comenzaban a incinerarse. Ahora ya conprendia lo irremisible de su destino y lo aceptó. Desplegando sus alas en llamas saltó del nido y emprendió el vuelo hacia un nuevo hogar.

Todo nacimiento es traumático, incluso el de un fénix.

lunes, 27 de agosto de 2007

Buscaminas: La peli

Lauss sabe que soy un friki sin remedio y me pasa este vídeo:

*Ya tengo el nuevo enlace y unos tirones de orejas de gratis, ahi va..*


viernes, 24 de agosto de 2007

Ascensión

El aire zumbaba en sus oídos como un huracán y arrancaba lágrimas de sus ojos. Volaba a toda velocidad, seguro de que este viaje sería el que le llevaría a una vida mejor, a la felicidad.

Felicidad, que palabra tan sobrevalorada. Su vida no había sido muy distinta de la de los demás, encima de ser un asco ni siquiera habia sido original. Tenia un trabajo que le asqueaba, el hogar feliz en el que se crió resultó ser una ilusión tejida por su pobre madre y su vida sentimental era tan patética que casi resultaba cómica, casi. Por supuesto habia tenido momentos felices, pequeñas islas en un mar de lágrimas.

Aunque sin duda alguna lo peor eran las miradas y palabras de los que se compadecían de él, o los que le habian fallado y movidos por su conciencia trataban de compesar sus actos intentando animarle.

Pero ya todo daba igual, su viaje se acababa. Habían sido solo unos pocos segundos y le había sobrado para revisar su vida, seguro que fuese donde fuese estaría mejor.

Con una sonrisa, se estrelló contra el asfalto.

martes, 21 de agosto de 2007

Haiku?

sol sin brillo
lágrimas vegetales
otoño sin alma


frío acero
blanco remordimiento
honor póstumo


Cansado de volar

Caminaba cabizbajo, pensando como siempre en lo que pudo haber sido y nunca fue, en todo lo que había perdido. No veía a la gente a su alrededor, para él no eran si no otro doloroso recuerdo, no era como ellos, nunca lo había sido.

Estaba harto, tendría que haberse dado cuenta desde el principio de que no podría vivir durante mucho tiempo rodeado de seres humanos, su forma de pensar no era como la de ellos, no podía asimilar sus ideas, sus sentimientos. Los sentimientos, que forma de resumir en una sola palabra todas sus penurias, toda su amargura. La emociones le sobrepasaban, era incapaz de atenuarlas o directamente ignorarlas como hacían los humanos, le golpeaban de lleno con toda su furia y habían conseguido que detestase su propia existencia.

Se detuvo, estaba llorando, no había salida. Comprendía que deseaba morir, acabar de una vez con su sufrimiento, pero también sabía que era imposible. Al igual que no era capaz de albergar maldad en su corazón, tampoco podía morir. Los humanos temían ser castigados con una eternidad en el Infierno. Él tenía claro cual era el Infierno para los ángeles.

jueves, 16 de agosto de 2007

El espejo roto

Unos niños jugaban en un claro próximo a la aldea. Uno de ellos enseñaba a los demás un objeto brillante y un corro de caras de asombro le escuchaba.

“Lo encontré en el bosque, a menos de cien pasos desde aquí, en el borde de un camino. Seguramente se le cayó a un comerciante y lo abandonó allí.”

Los demás seguían extasiados mirando el trozo de espejo mientras el niño les explicaba que había muchos trozos más donde lo encontró. Nunca habían visto algo así y la extraña magia del fragmento excitaba su infantil imaginación. Rápidamente, todos salieron corriendo hacia donde les había indicado el poseedor de aquel maravilloso tesoro. Todos menos uno.

“¿No quieres coger uno de los pedazos del espejo? Creo que habrá más que suficientes para todos.”

“No”

“Jajaja, todos se reirán de ti, que no tienes un pedazo por ser un cobarde”

“No me da miedo el bosque, yo no he ido corriendo hacia tu trampa porque a diferencia de los demás, yo sé distinguir a un impostor. Tú no eres un niño de esta aldea”

“Ah, ¿no? Y por qué, si puede saberse”

“Porque ninguno de nosotros sabe como se llama la cosa esa a la que tu llamas espejo, y sobre todo porque ningún niño de esta aldea sería tan imbécil como para acercarse tanto al viejo pozo”

Y de una patada borró la sonrisa del falso niño.

Cuento de hadas

En un claro del bosque un pequeño duende estaba sentado encima de un roca. Hablaba sin cesar, a las piedras, que eran las únicas que le seguían escuchando. El discurso del duende era triste, aunque su cara tuviese una expresión jovial, se sentía solo y, aunque no era capaz de parar, su discurso sin oyentes le amargaba.

Cuando se callaba era peor, un silencio sepulcral se apoderaba de su claro y le recordaba que si no había nadie allí, era por su culpa. Antes tenía muchos amigos pero poco a poco todos se cansaron de las estupideces a las que daba importancia exagerada y los asuntos importantes que desechaba como banales. Entonces se dio cuenta de que estaba solo y poco a poco su discurso se tornó en una colección de lamentos y autocompasión. Lentamente se fue sumiendo en un oscuro pozo de desesperación.

Una mañana llegó a la conclusión de que debía poner remedio a su situación, pasó todo el día pensando la mejor forma de enfrentarse a su problema y se fue a dormir con el estómago lleno de nerviosas mariposas.

Al amanecer del siguiente día, el duende sonreía al Sol desde la rama del pequeño arbol donde una soga soportaba ahora todo el peso de sus errores. Solo.

lunes, 6 de agosto de 2007

Puño de Danu

El grupo de mercenarios era cuando menos pintoresco. Lo normal en las bandas de bárbaros que su señor solía contratar era una mayoría de hombres con aspecto de mercenarios algo incivilizados. Pero estos tenían algo diferente, su líder era un hombre musculoso de unos dos metros de alto que iba cubierto casi exclusivamente con una capa y se apoyaba en un hacha de un tamaño descomunal a los ojos de Friedich. De sus hombres los que más destacaban eran dos gemelos idénticos con un brillo demente en sus ojos que hacía imposible sostenerles la mirada y tres mujeres con un aspecto tan hermoso como intimidatorio armadas con espadas a dos manos y con un claro gesto de disgusto en su cara.

Como puedes ver Morken la misión es sencilla, eliminar a ese molesto akkylanno que está metiendo las narices en mis asuntos no te resultará difícil, sobre todo con tus nuevas y hermosas reclutas. El amo de Friedich sonrió a las tres mujeres keltas lo que aumentó su expresión de desagrado.

Han cambiado unas cuantas cosas desde la última vez que nos encontramos, nigromante. La voz del líder de los keltas era distinta a como la recordaba, más profunda, más poderosa. Empezando por mi nombre.

Ah, ¿si?. Bueno, no creo que eso sea demasiado importante, a no ser que tu nuevo nombre signifique que alquilar tus servicios supone más monedas. Lo que no me agrada es que vayas por ahí aireando mi... profesión, espero no tener que volver a recordarte quién está al mando.

El kelta sonrió mientras empuñaba su arma. No necesitas recordarme a quien sirvo, basura corrupta, de eso ya se encargaron ellas.

Todos, tanto los keltas como los guardaespaldas del Usurero, empuñaron sus armas, aunque el primero en reaccionar fuel el hechicero que lanzó una gema negra hacia el kelta. La gema explotó en el pecho del bárbaro, que contempló la pequeña herida con un gesto de rabia.

¡¡TU PUTREFACCIÓN ACABA HOY, NO VOLVERAS A OFENDER A DANU!! Friedich observó horrorizado como los rasgos del bárbaro cambiaban mientras aumentaba su tamaño hasta convertirse en un bestial ser de unos tres metros de alto y con unos brazos del grosor de su cintura.

Los keltas arremetieron contra el nigromante y su escolta, para mayor gloria de la Diosa y de la Luz.

miércoles, 1 de agosto de 2007

Forma

Redondeada y suave, la cara de la joven tocó la horrible espada.

El curvo y frío filo del arma serpenteaba desde la empuñadura apresada entre metal.

Un guantelete, laminado y oscuro, sujetaba firme las dudas del hombre.

Pese a su determinación, sudor perlaba su angulosa y curtida cara, encontrandose sus ojos.

En unos el pecado, en otros el reproche, amor en ambos.

Color

Empezó Verde, en suave tapiz.
Siguió Azul, ocultando lo que quedaba inocente.
Amarillo llegó, y todo pareció mucho mas vivo.
Inmediatamente se presentó Rojo, salpicando aquí y allá.
Blanco acompañó a los demás, siempre resaltando lo importante.
Negro tocó a todos, matizando y concluyendo, como siempre.
Y el cuadro estaba terminado.