Se notaba que las tropas del ejército de los salvajes no estaban acostumbradas a esperar una carga del enemigo. Se revolvían nerviosos en sus puestos, sin saber muy bien que hacer. También era evidente que los bárbaros estaban muy a gusto en su posición como atacantes, cantos, música y entrechocar de armas y escudos se mezclaban en un atronador caos a medida que avanzaban. Allí no había orden alguno. Había Scoelios con su curiosa vestimenta más propia de mujeres, había también Eirlenos sus cabellos rojos y sus ojos fieros, había Galacinos que parecían encontrarse en una de sus salvajes fiestas, se podían ver Astiones duros y firmes como las montañas que les ven nacer e incluso había Euscaros de salvaje reputación.
Sin formaciones, sin distinciones, sin ninguna organización. Avanzaban como una enorme ola que fuese a barrer las costas del asustado país de los inhumanos. En su caótica y desorganizada belleza el frente de los humanos comenzó a acelerar el paso, el ritmo de los tambores aumentó su cadencia como los latidos de la enorme bestia de color carne y pinturas rojas que parecían formar los bárbaros. A escasos cien pasos de la línea frontal de inhumanos la bestia rugió por sus mil gargantas y un salvaje caos se desató, los humanos cargaron corriendo, aunque aún así unos cuantos entre ellos se adelantaron a sus hermanos, sus rostros desencajados, blandiendo enormes espadas y con sus cuerpos desnudos cubiertos de glifos y cicatrices.
Muchos de los salvajes situados al frente no pudieron soportar la situación, estaban tan acostumbrados a ser ellos los que cargasen como animales sembrando el terror a su paso, que no pudieron aguantar que se cambiasen las tornas. Trataban de retroceder presas del pánico, pero los que tenían detrás se lo impedían para evitar estar ellos en el frente. Cuando los humanos que portaban los mandobles y la ira de familias muertas y pueblos arrasados estaban a punto de chocar con los asustados inhumanos, saltaron en una pirueta imposible para aterrizar a unos cinco pasos dentro de las formaciones de los salvajes, sembrando confusión y muerte. Los que estaban situados en el frente olvidaron por un momento su miedo al ver semejante acrobacia, recordándolo un instante después cuando la ola de humanos chocó contra ellos.
Desde las murallas, los defensores de la ciudad observaban atónitos el desarrollo de la batalla. Aquel ejército de bárbaros incivilizados, que no parecía tener ningún tipo de organización, donde hombres y mujeres de tribus que nunca se habían visto o que directamente eran enemigos luchaban codo con codo, funcionaba con mayor precisión que los soldados de élite del rey. En cierto modo les asustaba la capacidad bélica de sus vecinos del norte y muchos pensaron en que el asedio quizá seguiría después de la batalla, con los bárbaros reclamando todas sus posesiones.
El ejército de inhumanos no era rival para la arrolladora marea bárbara y la batalla fue tan corta como brutal. Los salvajes que huían fueron perseguidos y cazados, excepto unos poco que se encargarían de diseminar el miedo entre los suyos. Mientras los demás recogían heridos y muertos del campo de batalla, un grupo de bárbaros se acercó a las puertas de la ciudad encabezados por un fornido joven. Se detuvieron a una distancia suficiente para poder hablar a gritos. Desde las almenas un hombre con una hermosa armadura y pelo entrecano se asomó.
¡Salud! Soy Damián, gobernador de esta ciudad, y os doy las gracias por ayudarnos en este momento de apuro ¿Qué nombre deberán cantar los bardos como líder de nuestros salvadores?
El joven, con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre el pecho respondió.
¡Mi nombre es Aterón! ¡Príncipe traicionado y abandonado por el rey! ¡Y PRÓXIMO REY DE TODAS ESTAS TIERRAS!
5 comentarios:
¡Así me gusta! Que sigas y no nos dejes con la intriga. El relato es bueno, lo único la parte introductoria donde empiezas a recitar tdas las tribus que rompe toda la tensión dela ataque :P ¡Que no que esta muy bien!
Pues eso ponte a trabajar aya que tengo que saber como fue traicionado y como reaccionan los habitantes de la ciudad a su anuncio...
Un abrazo,
Pedro.
sobre el relato no voy a decir nada, pero sobre la raya esta si: joder macho, eres un puto latiguero!!! deja vivir al pobre chaval
ahh que es el "...", pues nada latigueale todo lo que quieras
>:P) >:P)
para cuando la siguiente entrega??
Bueno bueno, no me presioneis jejeje
esta bien, pero me hubiera gustado un poco mas de sangre.
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