martes, 23 de octubre de 2007
Recordando
A las ocho menos cinco se apagaron las luces. Daphne sonreía en la oscuridad, una sonrisa de triunfo, de rebelión. Los demás se habian ido y ahora estaba sola, aunque eso ya no le importaba, ahora era libre y ya nadie podría volver a murmurar sobre ella a sus espaldas ni echarían el cerrojo al pasar ella frente a sus puertas.
Allí, sentada en medio de la oscuridad, era la efigie de la victoria. Porque ellos no habían podido doblegarla, pese a los interrogatorios, a las amenazas y finalmente la tortura no habían podido romper su firme determinación ni borrar esa sonrisa que ahora esbozaba y que ya no necesitaría ocultar más. Ella había ganado y todos lo sabrían con solo ver su rostro.
No había comprometido la seguridad de todos aquellos que, como ella, actuaban contra lo que consideraban injusto y cruel. Hombres y mujeres que se movían en las sombras sabiendo que en cualquier momento cualquiera podría levantar un dedo acusador y traicionar a quien lucha por su propia seguridad. Que curioso sentimiento es el miedo, que lleva al padre a acusar al hijo, el hijo al padre, el amante a la persona amada. Ella le confió su secreto a quien más quería y, tan solo unas horas después, el enguantado puño de la represión llamaba a su puerta.
Pero todo eso ya daba igual, ella les había plantado cara y había vencido, ya no sentía miedo y por lo tanto ellos ya no tenían ningún poder sobre la triunfal mujer que se sentaba sola en la oscuridad sonriendo burlona a los vencidos.
martes, 16 de octubre de 2007
Furia guerrera
Se notaba que las tropas del ejército de los salvajes no estaban acostumbradas a esperar una carga del enemigo. Se revolvían nerviosos en sus puestos, sin saber muy bien que hacer. También era evidente que los bárbaros estaban muy a gusto en su posición como atacantes, cantos, música y entrechocar de armas y escudos se mezclaban en un atronador caos a medida que avanzaban. Allí no había orden alguno. Había Scoelios con su curiosa vestimenta más propia de mujeres, había también Eirlenos sus cabellos rojos y sus ojos fieros, había Galacinos que parecían encontrarse en una de sus salvajes fiestas, se podían ver Astiones duros y firmes como las montañas que les ven nacer e incluso había Euscaros de salvaje reputación.
Sin formaciones, sin distinciones, sin ninguna organización. Avanzaban como una enorme ola que fuese a barrer las costas del asustado país de los inhumanos. En su caótica y desorganizada belleza el frente de los humanos comenzó a acelerar el paso, el ritmo de los tambores aumentó su cadencia como los latidos de la enorme bestia de color carne y pinturas rojas que parecían formar los bárbaros. A escasos cien pasos de la línea frontal de inhumanos la bestia rugió por sus mil gargantas y un salvaje caos se desató, los humanos cargaron corriendo, aunque aún así unos cuantos entre ellos se adelantaron a sus hermanos, sus rostros desencajados, blandiendo enormes espadas y con sus cuerpos desnudos cubiertos de glifos y cicatrices.
Muchos de los salvajes situados al frente no pudieron soportar la situación, estaban tan acostumbrados a ser ellos los que cargasen como animales sembrando el terror a su paso, que no pudieron aguantar que se cambiasen las tornas. Trataban de retroceder presas del pánico, pero los que tenían detrás se lo impedían para evitar estar ellos en el frente. Cuando los humanos que portaban los mandobles y la ira de familias muertas y pueblos arrasados estaban a punto de chocar con los asustados inhumanos, saltaron en una pirueta imposible para aterrizar a unos cinco pasos dentro de las formaciones de los salvajes, sembrando confusión y muerte. Los que estaban situados en el frente olvidaron por un momento su miedo al ver semejante acrobacia, recordándolo un instante después cuando la ola de humanos chocó contra ellos.
Desde las murallas, los defensores de la ciudad observaban atónitos el desarrollo de la batalla. Aquel ejército de bárbaros incivilizados, que no parecía tener ningún tipo de organización, donde hombres y mujeres de tribus que nunca se habían visto o que directamente eran enemigos luchaban codo con codo, funcionaba con mayor precisión que los soldados de élite del rey. En cierto modo les asustaba la capacidad bélica de sus vecinos del norte y muchos pensaron en que el asedio quizá seguiría después de la batalla, con los bárbaros reclamando todas sus posesiones.
El ejército de inhumanos no era rival para la arrolladora marea bárbara y la batalla fue tan corta como brutal. Los salvajes que huían fueron perseguidos y cazados, excepto unos poco que se encargarían de diseminar el miedo entre los suyos. Mientras los demás recogían heridos y muertos del campo de batalla, un grupo de bárbaros se acercó a las puertas de la ciudad encabezados por un fornido joven. Se detuvieron a una distancia suficiente para poder hablar a gritos. Desde las almenas un hombre con una hermosa armadura y pelo entrecano se asomó.
¡Salud! Soy Damián, gobernador de esta ciudad, y os doy las gracias por ayudarnos en este momento de apuro ¿Qué nombre deberán cantar los bardos como líder de nuestros salvadores?
El joven, con el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre el pecho respondió.
¡Mi nombre es Aterón! ¡Príncipe traicionado y abandonado por el rey! ¡Y PRÓXIMO REY DE TODAS ESTAS TIERRAS!
jueves, 11 de octubre de 2007
http://blog.titerenet.com/2007/08/28/yoda-origami/
Pero al ver esto me he dicho, al blog de cabeza:
http://www.chick.com/es/reading/tracts/0588/0588_01.asp
Cágate lorito, increíble la cara de heroinómana de la niña esta... ¿y que coño es un tract (lo que venden)?
martes, 9 de octubre de 2007
Al amanecer
La ciudad llevaba tres dias asediada por una turba de salvajes inhumanos que arrasaba todo a su paso, habían aguantado con la esperanza de que los soldados del reino llegasen en su ayuda pero estaba claro que el monarca prefería defender la capital, situada mucho más al sur.
Al amanecer los atacantes lanzarían el asalto definitivo, y los que tuviesen suerte morirían, el resto...
Un suave sonido llamó la atención del capitán y le distrajo de sus pensamientos, buscó su procedencia y consiguió distinguir en la cima de unas cercanas colinas a un solo hombre, desnudo de torso para arriba, que tocaba una gaita. El ejército que ya estaba preparado para atacar la ciudad también oyó y vió al hombre que siguió tocando como si nada mientras el sol comenzaba a asomar por el horizonte, los salvajes más cercanos se volvieron a mirar al osado humano con curiosidad. Éste paró de tocar y con una poderosa voz se dirigió a los inhumanos.
¡YA ERA HORA DE QUE OS PARASEIS! ¡EMPEZABA A ESTAR HARTO DE PERSEGUIROS!
El lider de los atacantes parecía bastante perplejo ante las palabras de aquel humano, desde su posición en la torre el guardia sonrió, desde luego aquel tipo era valiente.
Los salvajes parecieron reaccionar y un pequeño grupo de ellos se dirigió hacia las colinas. El gaitero solto una carcajada.
¡ASÍ ME GUSTA! ¡VAIS A SABER LO QUE ES ENFRENTARSE A HOMBRES DE VERDAD!
Los salvajes se detuvieron en seco, no por las palabras del hombre, si no por el gutural grito que las siguió, grito proferido por mil gargantas. El gaitero comenzó a tocar de nuevo, pero esta vez con el sonaron cien gaitas e incontables tambores, mientras un enorme ejército de hombres vestidos con pantalones de cuero y la piel pintada y tatuada ascendía las colinas cantando en la extraña lengua de los hombres del norte. El guardia no pudo contener las lágrimas de alegría que inundaron sus ojos. Había amanecido y, por su parte, el ejército del rey se podía ir al infierno.
lunes, 8 de octubre de 2007
II: Reflejo roto
Sabía que estaba mal. Siempre lo había sabido. Por su torturada consciencia pasaban a toda velocidad pensamientos, sentimientos y conceptos mezclándose en una amalgama inintelegible.
"tenia que arreglar risas cristal un hombre el huracan la lengua una descendiente un cuadro te deja la perdonaran se alimenta de quien una flor si comprendes agua rojo pero aire debe sus pecados abrió de sin sentido por ellas de colores amanecer sentimientos sus pequeños le son dos ayudarán hermoso para quien aparente hadas la caja ángeles podía ver ajenos"
Se movía frenética, con gestos seguros. Había hecho esto muchas veces.
"casi un falso hallaría un el era nubes llanto una mujer habia casi algodón sonrisa terninado de nuevo el amante por qué rota seguir culpable mentira muerto azucar su trabajo de todo"
Se detuvo para admirar su obra, una pegajosa mezcla monocromática en el suelo. El hombre yacía sobre la mesa de la cocina con al menos una docena de tenedores clavados en su nuca. De sus ojos muertos brotaban las gotas de sangre con las que ella había pintado su cuadro.
Había terminado, donde cualquier otro vería un charco de sangre que empezaba a coagular, ella veía a dos hermosos ángeles sujetando una pequeña caja. Una caja verde.
martes, 2 de octubre de 2007
Inspiración
El niño miraba confuso a su abuelo. Entonces ¿un Caballero es igual de cobarde que el resto de la gente?
Ja ja ja. Un Caballero es igual de humano, no existe esa diferenciación entre el Caballero y "el resto". Todo el mundo es capaz de enfrentarse al mayor terror con la inspiración adecuada...
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Corrian todo lo rápido que podían, le gustaría disponer del valor del que hablaba su abuelo en aquel momento, pero con aquellos seres horribles siguiendoles nadie permanecía impasible.
Tampoco serviría de mucho, sus armas no les dañaban, aunque realmente no estaba seguro de eso, nunca habia visto a nadie atacar a aquellas pesadillas andantes, no se podia aguantar el pulso ante ellos.
El soldado que corría delante de él tropezó y cayó de bruces al suelo. Lo esquivaron sin ni siquiera ainorar el paso, auqnei era cuestión de tiempo que les alcanzasen a todos y sus gritos resonasen en los antiguos corredores como resonaban ahora los de aquel pobre desgraciado
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Entonces, abuelito, ¿que es lo que hace que un caballero se enfrente a cualquier peligro para defender a los demás?¿quien inspira a un Caballero?
El anciano revolvió el pelo del muchacho. Je je je. Desde luego eres hijo de tu padre, el tampoco se conformaba con cualquier respuesta. Quien inspira a un Caballero, pequeño héroe, son los que le rodean aun...
¡Pero los demás tienen miedo! ¿Como pueden inspirarle?
Je je je. Es precisamente el miedo que sienten lo que le inspira, lo que le impulsa a eregirse como su defensor y protector, y asi, con ese gesto, inspirarles.
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No servía de nada correr, aun si conseguían atravesar las puertas del complejo de cavernas y llegar al cercano campamento, sus perseguidores acabarían alcanzándoles y devorándoles.
Con estos pensamientos en mente, enfilaron el largo y estrecho puente que cruzaba el profundo abismo que los separaba de las puertas. Estaban diseñadas evitar que un teórico atacante saliese de las cavernas, ahora entendían por qué, pero eran demasiado viejas y pesadas. No les daría tiempo a cerrarlas antes de que las criaturas les alcanzasen.
El grupo de soldados corria por el puente con el pánico nublando su prudencia, un par de ellos llenaron con sus gritos la oscuridad del abismo durante breves momentos.
Ellos son los que le inspiran...
Puedes...
Seguir la Luz
o
Hundirte en las Sombras