martes, 3 de junio de 2008

Primer día (continuación)

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Primer día

Alberto no tenía muy claro que pensar ante esta declaración, por increíble que le pareciese estaba claro que el bicho que había en la habitación contigua golpeando las paredes y cristal blindados no era “normal”, y también estaba el tema de las cosas que había descubierto que era capaz de hacer, tampoco eran “normales”.


Mientras pensaba en todo esto y trataba de apartar la mirada de aquel monstruo deforme, posó la vista sobre Emeterus y se percató de que había rasgos en él que no encajaban con un humano. Su pelo era demasiado tosco, asemejándose más a fibras vegetales que a cabellos, el tono de la piel era indefiniblemente extraño y en sus ojos había algo inquietante que no alcanzaba a discernir.

Apartó la vista y reparó por primera vez en el hombre que acompañaba a Emeterus, una mole de algo más de dos metros. No le dio tiempo a sorprenderse por su apariencia, descaradamente inhumana, porque en ese mismo instante la escena se desdibujó y sintió una sensación de vértigo que ya empezaba a hacerse habitual.

Abrió de nuevo los ojos y toda la sala parecía iluminada por una potente luz blanca, matizándose las formas tan solo con sombras grises y violetas. Observó como el monstruo contenido en la habitación contigua golpeaba salvajemente el cristal, vio como éste se hacia añicos y justo antes de que el enorme puño de la criatura impactase en la cara de Emeterus, volvió a oír voces y a sentir sus latidos retumbar en sus oídos.

No era la primera vez que le pasaba, y estaba preparado. Abrió los ojos para ver de nuevo la misma escena, esta vez con una coloración normal y con sonido. Mientras el monstruo destrozaba el cristal Alberto alzó su arma y descargó un disparo tras otro sobre su cabeza, sólo para comprobar que las balas no parecían afectarle lo mas mínimo. La bestia descargó un puñetazo contra Emeterus, el cual para asombro de Alberto detuvo el golpe con una sola mano, retorciendo de forma imposible el brazo de la criatura que sonó como un tronco seco tronzándose. El gorila que se encontraba al lado de Emeterus saltó sobre la espalda del troll y sujetando la cabeza del monstruo con ambas manos la retorció salvajemente, resonando el crujido en toda la sala mientras el cuerpo de la criatura se desplomaba.

Emeterus se acercó a el mientras se sacudía algunos trozos de cristal de su traje.

- Premoniciones. Una capacidad muy interesante y muy útil. Comprobarás que con algo de entrenamiento la precisión, duración y anticipación de tus visiones aumentará de forma espectacular. Reginald te enseñará esto y te acompañará a tu habitación. Bienvenido a bordo.

El nuevo agente acababa de salir por la puerta, con la sorpresa en su cara y un millón de dudas en la cabeza. Ah, la juventud, la inocencia, como añoraba todo eso Emeterus, siempre que llegaba uno de esos jóvenes muchachos los años parecían subirse a sus espaldas, pesándole como plomo.

El cuerpo del troll comenzó a moverse ligeramente.

- Marco, llévate a ese a una celda de contención, una de las de verdad. Después informa al enlace gubernamental de que el espécimen ha resultado ser demasiado peligroso y ha sido incinerado.

Como toneladas de plomo...

1 comentario:

Pedro dijo...

Me ha gustado la continuación, pero he de confesar que no he entendido el final :S