lunes, 30 de abril de 2007

Capítulo I - La fortuna sonríe

Esto sería un inconveniente, sin duda. Silheawë observaba a los tres barhans que se aproximaban al viejo caserón por el lado opuesto al suyo. El elfo y su compañía habían llegado con la misión de asaltar esa edificación y reducirla a escombros, lo que aparentaba ser una granja abandonada era en realidad un nexus que drenaba la energía del bosque circundante y la canalizaba como magia pura. El bosque estaba muriendo y los espíritus que lo habitaban habían pedido ayuda a los Daïkinee.
Al elfo no le costó imaginar que la intención de los soldados de Alahan no era destruir el nexus, si no reclamarlo para su rey, incluso uno de ellos era un mago. Por supuesto, Silheawë no tenía ninguna intención de permitirlo.

Súbitamente, el capitán Daïkinee comenzó a correr hacia el caserío girando su espada doble mientras el ser que le servía de armadura se ajustaba preparándose para la batalla, al mismo tiempo Ashkarï, un hada con la forma de un enorme escarabajo, se elevó en el aire con un ensordecedor batir de alas. Los Leones parecieron reaccionar de forma un tanto lenta, aparentemente sorprendidos por el ataque de los elfos.


Khiltäne susurró una tenue oración al bosque y su susurro tomó la forma de un pequeño cúmulo de aire con un ser etéreo en su interior. El ánima silvestre miró brevemente al sacerdote Daïkinee y echó a volar con una suave brisa mientras Khiltäne comenzaba a invocar otro de esos seres. A su vez, el mago de Alahan levantó su mano sujetando varias gemas blancas de las que surgió un fogonazo de luz que se concentró en la forma de un pequeño ser alado que también se elevó.

Silheawë ordenó a su compañía rodear el nexus mientras se aproximaba a la carrera
hacia la edificación. En el aire varias centellas y ánimas silvestres tomaban posiciones, Ashkarï pasó volando al lado de uno de los pequeños seres de luz, partiéndolo a la mitad con un solo golpe de su hoja de ámbar. Por su parte, el caballero que comandaba la fuerza León trató de rodear la casa mientras era atacado por uno de los espíritus despertados por los elfos.

Ambas fuerzas trataban de tomar posiciones alrededor de la edificación, pero la contienda parecía igualada cuando Silheawë se encontró cara a cara con el capitán enemigo.-
- Humano, este lugar no os pertenece, debe ser destruido.
Como toda respuesta el caballero ejecutó grácil giro con su espada y la clavó en una junta de la armadura del Daïkinee
- Que lo decidan pues las armas, si es lo que deseas
El guerrero escarabajo giró su arma en un complicado molinete y golpeó con ambas hojas en la parte desprotegida de la rodilla del león, éste respondió con una estocada mucho menos elaborada que la anterior, provocando un corte en la cara del elfo.
Los dos guerreros se observaron mientras la herida de la cara de Silheawë se cerraba rápidamente. Estaba claro que hoy no se decidiría quien controlaría el nexus. Sin apartar la vista de sus rivales, ambos grupos se retiraron a sus campamentos.

1 comentario:

Pedro dijo...

¿Y cuando se decidirá? Espero que no nos hagas esperar mucho.

La historia esta bien, pero así en plan relato corto faltan demasiados detalles, sobre todo anteriores. Sin esos antecedentes de quien y que es cada cual se hace u poco dificil seguir el desarrollo del enfrentamiento, que por los demas me parece bien narrado.