La prensa sensacionalista le llamaba El Decapitador. Un nombre más bien poco imaginativo, la verdad, pero eso era lo de menos. La idea era ser un ejemplo, un miedo oculto en el subconsciente de este atajo de parásitos fofos y temerosos. El sonido de un motor le sacó de su ensimismamiento, por fin, ya pensaba que este desgraciado no iba a volver antes del amanecer.
No podía creerlo, el solo era ingeniero jefe en una central nuclear, no tenía sentido que su prometedora carrera acabase así. Pero sin embargo así era, el maníaco de piel azulada del que hablaba la tele estaba de cuclillas encima de su pecho, y de un tajo salvaje sus pensamientos se evaporaron. Otro ejemplo más, otra advertencia para un mundo que se muere. Nadie dijo que ser un héroe fuese agradable...
3 comentarios:
Así que en tu hebra se escapa del arroyo - con la piel azul por el frío supongo- y se convierte en un ... ¿Justiciero? ¿asesino en serie? Ais, ais, ais
Solo un ingeniero... es que yo no quería...¿HE sido yo? humm buen trabajo
Fiel a tu estilo delicado y nada violento me gusta comeflores :D
A mi tambien me gusto la historia y he echo una hebra, por ahi anda.
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