lunes, 10 de noviembre de 2008

El Fin de los Tiempos


Una breve bocanada de aire fresco se coló en el abarrotado local al abrirse la puerta. Mientras el oxígeno recién llegado moría en medio de la asfixiante atmósfera, cuatro figuras entraron en la discoteca. Durante unos segundos observaron la gran cantidad de personas que se movían entre la niebla provocada por el tabaco y bajo las coloridas estrellas de neón.

Sonriendo, se dirigieron directamente a uno de los reservados. Dentro, rezando con un rosario entre las manos, un hombre de rostro ceniciento y marcadas ojeras estaba sentado frente a una bebida sin tocar. Los cuatro recién llegados se sentaron ocupando el resto de la mesa y el hombre abrió los ojos, mirándoles con desprecio.

- Hemos oido que estás buscando a alguien - Las palabras salieron murmuradas mientras se encendía un cigarro. El que había hablado era un hombre de complexión delgada, el pelo largo y la cuidada barba enmarcando un pálido rostro.

- Creedme que no trataría con basura como vosotros si no fuese importante - Las palabras del hombre eran apenas siseos, sus nudillos blancos de tanto apretar el rosario entre sus manos.

- Tampoco hace falta ponerse desagradables, creo que hemos empezado con mal pie, me llamo Smith - Con una gran sonrisa, el que parecía el más joven de los cuatro extendió su mano en dirección al taciturno hombre - Nosotros no te hemos hecho nada.

- Vuestra sola existencia es una blasfemia a nuestro Señor - Agazapado como un animal acorralado el hombre miraba contínuamente a los cuatro, bañándolos de ira y rencor.

- Lo que mi compañero trataba de expresar es que, dado que sabemos donde encontrar a esos que tan desesperadamente buscas, quizá deberias cortarte un poco más con tu rollo fanático - La única mujer del grupo, una atractiva rubia de piel tan pálida como sus compañeros, sonrió al hombre de forma tranquilizadora

- ¿SABEIS DONDE ESTAN LOS JINETES? ¿¿ACASO YA HA LLEGADO LA HORA DEL JUICIO FINAL??

El hombre que aún no había hablado, con el pelo corto y una complexíon menos estilizada que la de los otros tres, aplastó una colilla en el cenicero, llamaban la atención sus ropas, casi competamente naranjas - Deberías tener algo más de criterio que creer a pies juntillas un libro que supuestamente se escribió hace dos mil años, ganarías en perspectiva.

- Cierra tu sucia boca, miserable demonio, si los cuatro Jinetes recorren la Tierra, eso significa que el Apocalipsis se acerca.

- ¿Y de donde te sacas eso? ¿Una profecía? Por lo poco que recuerdo también deberían haber aparecido un par de bestias con coronas y ángeles tocando trompetas, ¿no? - El que se había presentado como Smith colocó tres vasos y un botellín de cerveza sobre la mesa mientra hablaba.

- Sabeis perfectamente que no creeré vuestras mentiras. Sólo quereis hacerme dudar para que vuestros amos puedan destruir el mundo.

- ¿Hacerte dudar? Si no recuerdo mal, en aquel cuento los malos hacen migas el mundo mientras los justos y buenos se refugian en una ciudad VIP. Joder con los defensores de la Luz.

- Las señales son claras, el fin se acerca, debo prevenir a los demás. Ahora decidme donde se encuentran los Jinetes para poder eliminarles.

- Joder ¿siempre eres tan agradable? - El hombre del pelo largo tomó un trago de su bebida antes de continuar - ¿De verdad crees que necesitais a alguien para que venga a extender entre vosotros hambre, guerra, enfermedad y muerte?. Vosotros sois los maestros en eso.

- Los pecados de la humanidad atraerán el fin de los tiempos, efectivamente.

- Predicar un mensaje de terror y fanatismo sí que debería ser pecado. La gente como tú es la que convirtió rasgos naturales y positivos como la competitividad, el instinto de alimentación, las patologías que fortalecen a las especies y el ciclo natural de renovación de la vida en guerra, hambre, enfermedad y muerte - Era la chica la que hablaba, pero su enfado se notaba en el rostro de los cuatro.

El hombre, con el rostro rojo de ira, se lanzó a hablar, pero el hombre vestido de naranja le interrumpió - Esa perversión que llevais siglos haciendo es la que os dirigirá a la completa aniquilación, no cuatro heraldos del mal montados a caballo... joder, yo ni siquiera se cabalgar.

De repente, el hombre se quedó pálido y dejó caer el rosario, que se estrelló contra el suelo - Vosotros... vosotros...

- Somos lo que queda de una especie antaño numerosa. Avatares de la propia Naturaleza que, por la perversión de vuestras estupideces, hemos sido casi extinguidos. Nosotros no somos los heraldos del fin de los tiempos, seguramente salimos en vuestra animada profecía porque en el camino que habeis trazado hacia vuestra propia destrucción habeis arrastrado también a los nuestros.

Con el rostro desencajado, el hombre sacó una enorme daga plateada y la sostuvo temblando ante si - Venderé cara mi vida.

- Lo que vas a conseguir - La mujer tocó ligeramente el filo del cuchillo, que rápidamente se oxidó y cubrió de musgo para finalmente deshacerse en un montoncito de polvo - es que te maten si sigues husmeando en cosas que no entiendes. Al final te encontrarás con algún ser de la Oscuridad.

Dejaron al hombre con sus pensamientos y sus lágrimas. La noche aún era joven, y les gustaba mezclarse entre humanos que aún seguían sus instintos.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Cuentos de un futuro incierto al la venta online!!

Bueno, llevo ya un tiempito sin escribir y creo que es hora de ponerse de nuevo a ello. Para amenizaros la espera, os contaré que ya está disponible para su compra online el recopilatorio de relatos CUENTOS DE UN FUTURO inCIERTO, del que ya os hablé hace tiempo.

Gracias a la gente de scifiworld el precio final es bastante bajo, así que no teneis excusa para leer los cuentos de los pedazo de autores que participan, y el mío también ya que estais.

El enlace para comprarlo es este